Sobre Fátima Mouriz

Nací en una aldea gallega, rodeada de naturaleza, silencio y ese cielo estrellado que, sin saberlo entonces, me acompañaba desde niña.
Crecí como la menor de cinco hermanas, en un hogar con momentos maravillosos y también retos que me hicieron crecer. Desde pequeña aprendí a observar mucho, a hacerme preguntas y a buscar mi lugar en el mundo.

Mi infancia estuvo marcada por la curiosidad y la sensibilidad. Me fascinaba soñar despierta y estar en mi propio mundo.

En la adolescencia, como muchas chicas, me debatía entre encajar y ser yo misma. Trabajé desde mis 18 años, siempre en conexión con la gente cara al público y aprendí el valor del esfuerzo y la responsabilidad. Pero también me di cuenta de que quería vivir con libertad, siguiendo mi propio camino y no como otros esperaban de mí.

Con el tiempo, la vida me llevó a formar una familia. Ser madre si duda es el mayor reto por el que estoy transitando. Ellos son mi motor y, a la vez, mis grandes maestros.

La astrología llegó a mí como una respuesta en medio de cambios profundos. Descubrí que podía ser una herramienta para sanar, comprender y reconectar con lo que somos en esencia. Hoy, como astróloga evolutiva y canalizadora, acompaño a otras personas a descubrir su mapa interno, a honrar su historia y a vivir en coherencia con su alma.

Además de las consultas, estoy creando un espacio con cristales, inciensos, Palo Santo y objetos sagrados que inspiran y acompañan el crecimiento personal y espiritual.

Este proyecto no es solo mi trabajo: es la suma de mi historia, mis aprendizajes y mi deseo de tender un puente hacia quienes sienten que hay algo más.

Mi Misión

La astrología me mostró algo profundo: que mi vida tiene un propósito, y que ese propósito es ayudar a otras personas a encontrar el suyo.

Para mí, no hay nada más hermoso que ver cómo alguien descubre quién es realmente y empieza a vivir en coherencia con su alma.
Mi misión es acompañarte en ese camino, sostenerte cuando lo necesites y recordarte que tu luz siempre ha estado ahí, aunque a veces parezca escondida.

Este espacio nace desde el corazón, para que puedas sentirte visto, comprendido y guiado en tu propio viaje de regreso a ti.